jueves, abril 18, 2024
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Las ciudades – no importa su tamaño – están en profunda transformación para garantizar desde ellas un mundo mejor, cosa que parece son incapaces de lograr los estados. El futuro pasa por una red de ciudades donde los ciudadanos convivirán proactivos desde el trazar horizontes-compartidos-desde-la-creatividad-común.

1.- Tipos de ciudades básicas

A manera de grandes bloques, creo que las ciudades actualmente las podemos agrupar en:

1.1. Ciudades violentas: deben solucionar su estado catastrófico porque son no-ciudades. La violencia ciudadana, incluso la más atroz, tiene solución si el gobierno se lo propone. De maneras muy diferentes: Nueva York lo consiguió y Medellín también con dos estilos casi opuestos. Los gobiernos de estas ciudades/cementerio son cómplices de todo su mal sin bien alguno. La violencia es plaga social, no algo consubstacional en las ciudades.

Paseando por algunos barrios inmensos periféricos de ciudades de Latinoamérica siento una indignación espantosa. Viendo como se está afrontando la acogida de los refugiados y la lucha antiterrorista en Europa, igual.

1.2. Ciudades desfallecidas: necesitan urgentemente viagra democrático. A saber, cambiar el gobierno que las anestesia, que las mantiene en zona de inapetencia, que sólo se preocupa de las cosas de los pocos de siempre, las del partido grandemente y, seguro, las cosas del sector empresarial potente. Este gobierno acostumbra a ser muy poco transparente, por no decir corrupto.

1.3. Ciudades monótonas: son ciudades con unos servicios públicos más o menos buenos, donde todo está y funciona más o menos bien. Ciudades en las que la monotonía o la burocracia, la repetición y el más de lo mismo, mismamente, las situará pronto en la frontera de las desfallecidas si no se ponen las pilas. Sus barrios ya tienen problemas.

1.4. Ciudades marcas blancas: son ciudades con buenos servicios públicos, que durante un tiempo optaron por la innovación, en las que la calidad de vida media es interesante, el gobierno se preocupa por los ciudadanos – poco, normalmente, por los que están en zonas de desigualdad, aunque diga lo contrario -, las infraestructuras aguantan…, pero en el corazón común de la ciudad ya late la necesidad de un cambio, de saltar. Desde ya, de hasta aquí. Están cansadas de funcionar modo avión.

1.5. Ciudades con marcas referenciales: son, así de contundente, las que inspiran futuro y lo realizan a través de una marca de valor contemporánea y un relato que las sitúe en la vanguardia – palabra a recuperar – de lo que las ciudades deben ser en el próximo futuro y ellas ya son, visible y constatablemente. Estar en esta red es el propósito de la nueva política con gobiernos-junto-a-los-ciudadanos- colaborativos-y-creativos con audacia.

2.- ¿Cómo son estas ciudades ahora y en el futuro?

Una coalición de pequeños partidos y agrupaciones cívicas se presentan a las elecciones con una propuesta de rotura pacíficamente espera y orillada por los grandes partidos. En ella resuenan voces unánimes/plurales que están demanando cambios de rumbo, voces que van del sector asociativo activo, movimientos sociales, intelectuales no comprados, pequeñas y medianas empresas, creativos, barrios y jóvenes inquietos… Al frente está un líder – mejor ella que él – relacional, transparente, con una larga experiencia de trabajo ciudadanos en su haber, valorado por la ciudadanía. Creíble. Confiable. Con un equipo – no hay gobierno sin equipo – de ciudadanos predominantemente de media edad, con algunos jóvenes despiertos y algún sénior sabio, en el que abundan las mujeres después de tantos años de gobiernos machos alfa. Gente inteligente, sensible, que conoce profundamente la ciudad y tiene ideas sobre cómo propiciar un salto colaborativamente, implicando directamente a los ciudadanos

No acostumbran a ganar por mayoría – las detesto – pero saben conjugar oposiciones para una coalición de gobierno estable, diferente e ilusionante. En el momento de asumir el gobierno proponen una marca de valor cívico indispensable para el avance de la ciudad, junto a un breve relato de acciones y proyectos para su transformación a la corta, media y larga. Y, tan importante como esto, invitan a todos los ciudadanos y a sus organizaciones a colaborar inmediatamente. No se quedan en las palabras: sabrán buscar cauces, ocasiones, constantemente.

El primer símbolo del cambio está en liquidar las acostumbradas ceremonias de toma de posición en que se invita sólo a la élite y el ritual es casi feudal: invitan a los ciudadanos plurales, comunes.

3.- Ahora empieza lo bueno: los cien primeros días

Deben estar muy bien – y oportunamente planificados al milímetro – para que las primeras decisiones marquen el nuevo horizonte del salto. Mientras, un equipo para la estrategia creativa de marca saca humo.

3.1.- La marca y el relato esbozados deben trabajarse en profundidad para que tengan fuerza de realidad transformadora, sin oportunismos.

3.2.- La marca, además, debe diseñarse gráfica y audiovisualmente para que esté presente en toda comunicación, de los equipamientos públicos a las redes sociales, con un estilo contemporáneo y atrayente, simple y a la vez rotundo.

3.3.- Deben trabajarse innovadoramente los servicios y proyectos que van a mejorar o a transformar la red de barrios, los de la ciudad común y algún proyecto singular para significar la ciudad con un posicionamiento inconfundible y referencial.

3.4.- Todo esto debe estar listo para que el día cien, como máximo, el gobierno presente su plan de trabajo definitivo a los ciudadanos, y a los trabajadores municipales primero, antes que a la prensa: es de buena educación la comunicación directa para estos temas claves. Una presentación motivadora, nada sosa.

3.5.- Después es bueno contrastar el valor/relato con un conjunto de ciudadanos, desde los barrios o ámbitos profesionales, en un tiempo intenso y fructífero, colgando los resultados en la web y haciéndolos públicos: mejorar desde el diálogo es de sabios.

4.- Algunas sugerencias entre otras posibles

4.1.- El equipo debe tener presente que los servicios para la igualdad colaborativa desde los barrios, priorizando los últimos, debe abordarse desde el inicio y con atrevimiento.

4.2.- La ecología es otro de los grandes temas a abordar: el cambio climático está ya aquí y el tiempo corre en nuestra contra: optar por la ciudad de contaminación 0 es una obligación.

4.3.- Las ciudades creativas, además, apuestan por la cultura colaborativa: una cultura que desde lo público deja de apostar por el espectáculo incesante. Que lo asuma la empresa. Y lo plantea en tres estratos interconectados.

4.3.1.- La cultura de creatividad colaborativa para la ciudad pro-común, que sitúa en cada barrio un centro cívico, una biblioteca, plazas y parques y da soporte a los espacios asociativos innovadores.

4.3.2.- La cultura creativa innovadora de ámbito ciudad global, para asegurar una pizarra, una tablet, de propuestas con sentido compartido que tienen en los museos, el patrimonio, teatros, auditorios, fábricas de creación, salas de expos, filmoteca, escuelas de artes/ciencias/diseño… motores de energía continuada e indispensables al alcance de todos.

4.3.3.- La cultura para la singularidad de la ciudad: a menudo una ciudad necesita un icono que no debe ser, como en estos últimos años, un edificio de un arquitecto estrella. Puede ser un festival, una bienal, una apuesta ecológica o científica… Debe desprenderse del ADN de la ciudad o debe ser algo que fuerce su innovación, largamente esperada. En el mundo contemporáneo, este icono posiciona mejor la ciudad y atrae oportunidades. Recomiendo, especialmente al equipo, que conozca cómo han montado el proceso para su transformación ciudades otras que pueden inspirar el trabajo para aprender y adaptar: jamás para copiar. La repetición no funciona porque la ciudad siempre es diferente.

Sugiero, también, que se trabaje en dos equipos coordinados a lo largo de los años: el equipo municipal para los servicios públicos básicos, y un equipo interorganizativo para abordar los grandes proyectos de transformación: los aparatos administrativos no están preparados para la gestión rápida y compleja, asumámoslo.

5.- El marco de referencia para la ciudad creativa que inspira futuro

No es incrementalista: más de lo mismo ya no es suficiente. Ahora se debe optar por la innovación de lo diferente, porque hay nuevos retos a plantear, y los que están presentes necesitan otra concepción para que los resultados sean claros, verificables y referenciales.

Tampoco se puede abordar la ciudad creativa desde una perspectiva de oficialismo de gobierno creacional: si los que elaboran el proceso de cambio creativo, con la colaboración de suma de los ciudadanos, no están convencidos que la red de ciudades de la que forma parte sostiene el país y es desde esta red, con ciudades más grandes y emergentes, que el país avanza lo que se proponga será siempre poco y tendrá un aire de sumisión a los ministerios, que en cualquier país se han significado poco por su innovación, audacia y colaboración. Algunas ciudades absolutamente imbéciles esperan que las reinvente el presidente del país.

6.-Conversemos continuadamente con los ciudadanos creativa

La creatividad para la ciudad la conforman ideas innovadoras que se convierten, desde la gestión colaborativa, en hechos: servicios y proyectos comunes para la vida de calidad común en igualdad. Pero estas ideas – la marca y el relato – y los hechos – los servicios o los proyectos – andan cojos, inacabados, si el gobierno no los comparte con los ciudadanos desde una larga conversación continuada desde el primer día y, de una manera planificada e inteligente, a partir del día cien, cuando presenta el plan para la ciudad otra, esperada, imprescindible. Para ello, junto al gerente municipal, que coordina técnicamente todo el proceso de transformación de la marca referencial, debe situarse el directivo de comunicación con los ciudadanos, dotado de un pequeño equipo de óptimos profesionales, encargados de modelar y facilitar esta larga conversación.

1.- Que tiene por corazón constante el valor de marca y respira, toda ella, el relato.

2.- Que usa, sin excepción alguna, el diseño de marca que se ha escogido en todas las comunicaciones.

3.- Que calendariza, produce y emite toda la comunicación pública, municipal, impidiendo que los departamentos, a menudo narcisistas, vayan por su cuenta.

4.- Que en todas las comunicaciones aparecerán siempre ciudadanos, en toda la pluralidad de los que conviven en la ciudad.

5.- Que usa múltiples canales para llegar, cada mes, a los ciudadanos, priorizando la comunicación del tú a tú y la virtual, desde la web y las redes sociales.

6.- Que esta comunicación es siempre atractiva, espléndidamente informativa e implicativa y con alto diseño global creativo: el oficialismo ahoga la comunicación.

7.- Que cuenta los cambios antes de que ocurran, durante y después, con un lenguaje directo, fácil y con contenidos importantes.

8.- Que frente a los programáticos del sólo hechos – facta non verba -, saben que en lo público, en lo pro-común, todo debe conversarse, comunicarse: facta et verba. Lo que no se comparte no es común y es extremadamente deficiente.

7.- Despedida y hasta pronto. Si la ciudad no va, no culpéis fuera: asumid que debe reinventarla urgentemente gobierno y ciudadanos/organizaciones y de una manera creativa, colaborativa y audaz. Las excusas causan impotencia ciudadana grave.

No prolonguéis el tiempo de la acción para esta reinvención indiscutible: lo que se aplaza queda por hacerse. Implicad a los más inteligentes y creativos de la ciudad: los equipos para la reinvención monotemática y cerrada no diseñan: proponen decoración, a menudo des del partido predominante en el gobierno.

Necesitamos, para la ciudad creativa, un gobierno valiente del nosotros.

Hacedlo: funciona.

Buena suerte.

Toni Puig

www.tonipuig.com

Quito, 2015

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